domingo, 17 de febrero de 2019

El Rabachol. El Ravachol

El Rabachol

«El día 21 de abril del año 1892 se verificó la bendición del material móvil y fijo del tranvía de vapor de Valencia al Grao, y la línea se abrió al servicio público al siguiente día 24. Los trenes salían cada diez minutos. El precio del billete era de quince céntimos tanto en el interior de los coches como en el imperial, y los trayectos del camino costaban diez céntimos. 

 
El Rabachol circulando por una calle del Marítimo. Circa 1895
 
Archivo de Rafael Solaz 
 
El tranvía de vapor adquirió pronto gran popularidad. A ella contribuyó, aparte de la competencia que venía a establecer en los medios de transporte y el gran número de personas que lo utilizaban, las desgracias que producía a su paso. La mayor parte de ellas obedecían a torpeza o descuido de los transeúntes y viajeros, que no se daban cuenta de que la línea era realmente un ferrocarril de vapor y transitaban por delante de él, subían y bajaban con la misma falta de precauciones como si se tratara de un tranvía de tracción animal.

 El Rabachol
 
Colección Díaz Prósper
 
https://valenciablancoynegro.blogspot.com/2014/01/el-ravachol.html
 
Varios choques con tranvías de la Valenciana en los cruces de las dos líneas, algunos de ellos con elevado número de víctimas, y el atropello de carros y otros vehículos acabó por convertir en siniestra su popularidad. Y el pueblo valenciano, con esa predisposición innata para la sátira y para convertir en burla o donaire hasta los más tristes y lamentables acontecimientos, aplicó en seguida al tranvía de vapor un mote, mote burlón y agresivo que hizo fortuna y por el cual se le designó y se le conoció siempre. Ocupaba entonces la atención de la prensa y del pú­blico ávido de informaciones truculentas, el nombre de un criminal que actuaba en Francia y al que sus crímenes y fechorías hicieron famoso. Se llamaba Rabachol.
 
 

 El Rabachol
 
El pueblo valenciano ya tuvo bastante: llamó "Rabachol" al tranvía de vapor que tantas muertes y atropellos cometía. Y extendió el mote, en diminutivo, sólo por pertenecer a la misma Compañía, a los pequeños coches de tranvías que, tirados por un caba­llejo y con el distintivo de una banderita encarnada los de la línea Tetuán-Aragón y otra amarilla los de Ruzafa-Cuarte ­Serranos', se paseaban pacíficamente, pintorescos y enternecedores por las calles de la Ciudad de aquel tiempo.
 
 
El Rabachol entrando en La Alameda. 1892
 
Acuarela de A. Ramón
 
Archivo de Esteban Gonzalo
 
 https://valenciablancoynegro.blogspot.com/2017/10/el-ravachol-llego-en-1892-la-playa-del.html

Así como a la otra Sociedad de tranvías se la llamó, abreviando su nombre, La Va­lenciana, a ésta apenas se le llamó La General, porque las gentes bautizaron inmediatamente a sus tranvías con los nombres, a la vez estigma y remoquete, de "El Rabachol" y El Rabacholet. Así se llamaron y fueron conocidos hasta su desaparición».

http://railsiferradures.blogspot.com.es/
 

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