domingo, 31 de marzo de 2019

El faro de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. 02

El faro de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. 02

«Los autores y directores de obra de la red de alumbrado eran ingenieros de caminos canales y puertos que formaban parte de la organización del Cuerpo de Ingenieros de Caminos del Estado, se trataba de un organismo sujeto a sus propios estatutos como funcionarios del Estado.


Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles

http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?t=1694463&page=181

Durante la primera década de 1860 se completó la señalización nocturna del litoral valenciano al construirse fanales y faros de corto alcance en los principales puertos y graos valencianos. En 1862 se construyó el de El Cabanyal. Disponía de sus propias señales fijas, asistida por farero, que servían para facilitar la navegación y el acceso nocturno.


El proyecto del faro de El Cabanyal de 1860 fue redactado por Eduardo Mojados Ramos, ingeniero que estuvo adscrito a Valencia, de aspirante segundo y luego como ingeniero jefe. También trabajó en Castellón, Madrid y León. El Proyecto de faro de 6º orden para el Cabanyal es un ejemplo singular por su particular emplazamiento en una de las torres de la Iglesia de Ntra Señora de los Ángeles, en El Cabanyal, donde anteriormente existía un fanal, propiedad del Gremio de Pescadores.

Dado que el faro se encontraba a 590 m de la playa, el ingeniero estudió la posibilidad de aproximarlo a la costa, aunque decidió finalmente renovar el aparato y dejarlo en su ubicación original realizando algunas reformas, teniendo en consideración: "siendo su principal y casi único objeto servir de guía al gran número de pescadores que viven en El Cabanyal y van a varar a la playa"».

El Faro de El Cabanyal
 
Rosa Pastor Villa 

https://www.ondacero.es/emisoras/comunidad-valenciana/valencia/audios-podcast/valencia-en-la-onda/jose-vilaseca-la-luz-del-faro-del-cabanal-se-adentraba-9-millas-en-el-mar_201906035cf50e8a0cf26beca6228d40.html


domingo, 24 de marzo de 2019

El faro de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. 01

El faro de la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles. 02 
 
«A la una de la madrugada vieron los de a bordo el faro de la iglesia del Rosario.*

Tenían enfrente el Cabañal. La noche era a propósito para un alijo. ¿Pero les esperarían?

El Retor, conforme se aproximaban a tierra, perdía su asombrosa serenidad».

* Imagino que se referiría a el faro de Nuestra Señora de los Ángeles

Flor de mayo

Vicente Blasco Ibáñez

«La fachada de la iglesia de Ntra. Sra. de los Ángeles estaba flanqueada por dos torres, que por su altura sobresalían del resto de las edificaciones, en su mayoría barracas (Gosálvez, 1998). 

 

La torre situada en el linde sur, albergó en su parte superior un fanal, utilizado fundamentalmente por los pescadores y navegantes de El Cabanyal. Está recogido en el Plan General de Alumbrado Marítimo de las Costas y Puertos de España e Islas Adyacentes de 1847, en el apartado de luces de señalización. 

"…hasta este año existían 20 luces de señalización. Doce de ellas eran fijas ubicadas en Fuenterrabía, Pasajes, San Sebastián, Igueldo, Ceuta, Villajoyosa, El Grao de Valencia, El Cabañal, Salou, Tarragona, Barcelona y Palma de Mallorca".
 
Antonio Ros de Olano, Ministro de Comercio Instrucción y Obras Públicas, rubrica el Real Decreto de 13 de septiembre de 1847, por el que se aprueba el Plan General del Alumbrado Marítimo de las Costas y Puertos de España e Islas adyacentes. Antes de este Plan, la red de alumbrado en España era de poca entidad, y así se recoge en la exposición de motivos de la aprobación del Plan:

"El servicio de Faros, tan escaso e imperfecto en nuestrascostas y puertos, como numerosos y bien organizados en todos los países cultos, ha llegado por fin a merecer del Gobierno de V.M. la preferente atención que, hace mucho tiempo reclamaba, como objeto del más alto interés para la prosperidad de nuestro comercio, y no menos beneficioso al de otras naciones y aún a la humanidad entera…"  
 
A 13 de Septiembre de 1847, Ros de Olano Sr. Director General de Obras Públicas (El Heraldo 17 de septiembre de 1847)
 

 Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles

Archivo de J. Huguet

En la memoria del Plan se adjunta los parajes en los que deberán establecerse las 105 luces de destinadas al alumbrado general de costas y puertos, distinguiendo entre los que deberán ser construidos de nueva planta y aquellos que ya están sirviendo en lugares concretos pero deben ser analizados y objeto de proyecto de adecuación.
 

Entre las luces existentes anteriormente al Plan, figuran la de la Iglesia de El Cabanyal y la del Grao de Valencia: "existen dos pequeñas luces fijas que conviene conservar y mejorar, sobre todo la primera, que en este plan figura como aparato de tercer orden".
 

El Plan recoge, en el apéndice nº 64 de la Memoria sobre el estado de las Obras Públicas de España en 1856 del estado y características de los faros proyectados en las costas, respecto del faro del Cabanyal».
 
El Faro de El Cabanyal
 
Rosa Pastor Villa 

https://www.ondacero.es/emisoras/comunidad-valenciana/valencia/audios-podcast/valencia-en-la-onda/jose-vilaseca-la-luz-del-faro-del-cabanal-se-adentraba-9-millas-en-el-mar_201906035cf50e8a0cf26beca6228d40.html
 
 

domingo, 17 de marzo de 2019

El Balneario de Santo Tomás

El Balneario de Santo Tomás
 
«En un pozo de la casa marcada con la letra A de la calle de Serranos, junto al barrio de Almodóvar, partido de Santo Tomás, en el ensanche de Villanueva del Grao y próximo al Pueblo Nuevo del Mar, término municipal de la Ciudad de Valencia y a unos ocho metros de altura sobre el nivel del mar, se halla instalado este balneario.
 

El manantial que se utiliza en este establecimiento brota a una profundidad de 3,50 metros, siendo preciso elevar el agua por medio de una bomba.
 

 
 ?

 
 
Las Provincias. 1901 


 
La Correspondencia de Valencia. 1904

 
 La Correspondencia de Valencia. 1908
 
Temperatura. 21 grados.

El agua es incolora, trasparente, de ligero olor a huevos podridos, que se pierde por la exposición al aire, o si se calienta, de sabor áspero. Colocada en un vaso, se forma al cabo de algún tiempo una película en la superficie, se enturbia el líquido y desprende burbujitas.
 
 
Diario de Valencia. 1911

 
Anuario Batllés. 1914

 
 Diario de Valencia. 1915
 
Densidad. 1,00568.

La instalación en este establecimiento puede considerársela en relación a la importancia de sus aguas; en la planta baja, donde está el pozo, se halla situado el balneario, compuesto de ocho cuartos con pilas, uno de los que contiene dos baños y sala para aplicación de duchas.
 
  
 
Las Provincias. 1921

 
 La Semana Gráfica. 1927
 



 
Diario Pueblo. 1928


 
La Correspondencia de Valencia. 1928 
 

La Semana Gráfica. 1929

 
No existe fonda, por creerla innecesaria, supuesto que los enfermos pueden alojarse en las casas del pueblo o en las de la ciudad.

Clasificación. Estas aguas corresponden a las sulfurado-cálcicas, variedad sulfhídrica.

Enfermedades para que están indicadas. Herpetismo, escrofulismo, dispepsias, catarros uterinos, leucorrea, sarna y úlceras atónicas.
 
 
1930


 Las Provincias. 1934

Indicación especial. Desconocemos la acción especial de estas aguas.

Médico-Director. D. Adolfo Cervera y Torres.

Temporada oficial. De 1 de Junio a 30 de Septiembre.
 
 
Los viajeros procedentes de cualquier punto de España efectuarán el viaje por ferrocarril hasta Valencia. De esta capital al establecimiento hay un kilómetro de distancia». 
 
Guía de los Balnearios de España. 1897


domingo, 10 de marzo de 2019

Josefa Barberá Giner, "Pepica la Pilona"

Josefa Barberá Giner, "Pepica la Pilona"

«El cine es... el cine típico de barrio. Aquí ví mis primeras películas, y aquí las han visto mis hijos. Ni ha variado el aspecto de la sala, ni la “clientela”. Ni las películas. Ayer de vaqueros, hoy de marcianos y gansters, siempre proyectadas con el fondo musical de las cortezas de cacahuetes, el niño pequeño que llora, y la ingenua participación en la acción de la pantalla del respetable, que despierta las iras de los mayores cuando se entusiasma con el “bueno” o apostrofa al “malo” de turno.
 

 
¡Mis diez años!, ¡Que lejos, Señor...!. Mis hijos ya empiezan a ir a otros cines, ya no tiene el Imperial el embrujo mágico de un par de años atrás, cuando para ellos era algo maravilloso, la puerta al mundo de la aventura.

Pepica, “La Pilona” (1) está allí. Comiendo cacahuetes y bebiendo tragos de una botella de zarza que deja en el suelo a su lado.

"Hola Pepica, ¿Cómo estás?"

"Jo bé, fill meu. A vore el cine y a berenar. ¿No vols?"

 
Pepica "la Pilona" en el carrer Font d'Encarròs. Malva-Rosa


http://lamalva-rosaenblancinegre.blogspot.com.es/ 
 
¿Cuántos años tiene Pepica “La Pilona”?. Ni lo sé ni me importa. Para mí es eterna. La conocí de niño como ahora, vestida de negro, con su pelo estirado, su motete siempre tieso, sus modales desgarrados, su lengua viperina en la que el lenguaje marinero más crudo adquiere nuevas facetas, con increíbles retorcimientos del insulto, que en ella alcanza límites sublimes cuando la provocan, y esto es muy a menudo.

"A mi m’agrada molt el cine, ¿saps?. I sempre vinc al Imperial. No perque no puga anar als atres cines, pero m’agrá este. ¡Mira! ¡Sinverguensa!. Ara voras cuant vinga el xic. Te té que fer la cara com tres en ralla. ¡Granuja!."

 
Ella sigue la película con emoción infantil. Yo la miro y recuerdo.

Ha vivido muchos años en una barca vieja, la tengo en casa pintada a la acuarela, regalo de un buen amigo, una barca destartalada, varada en la playa. No sé porque, aquella barca me recordaba la de la “seña Tona”, de “Mare Nostrum”. La puerta en la quilla, la ropa tendida, las gallinas picoteando... No le faltaba un detalle.

 
 
Y un día la barca ardió. Yo la ví arder, y vi a “La Pilona”, a Pepica, quieta, muy quieta, mirando como se destruía el único hogar que había tenido en su vida, su primer y último techo. Ahora no sé dónde vive, ni quiero saberlo, porque me dolería saber que no vive en ningún sitio.

La luz se ha encendido. Un alto en el desfile de caballos corriendo entre las montañas, con el “malo” sinvergüenza perseguido por el “bueno” perfecto.

"Escolta, ¿has vist el retrato del meu fill?."

 
¡Es cierto!. Pepica, “La Pilona”, tuvo un hijo. Un hijo acaso, del amor, vaya usted a saber, pero un hijo. Y Pepica renuncio a él; porque no quería arrastrarlo a su existencia moribunda, a su vida de salto de mata. Y con otras familias se crió y creció. Y hoy es un hombre con uniforme militar que en la foto sonríe contento de la vida.

"Grasies a Deu, es un home. Un home complit. ¡Fill!."

Cuando besa el retrato, tengo que volver la cabeza. A pesar de su fealdad, de su aspecto poco atractivo, hay algo en Pepica que me hace subir agua a los ojos.

"Está molt bé. Crec que te novia y va a casarse. Es guapo, ¿veritat?"

Sí Pepica: tu hijo es guapo. Sobre todo para ti. Pero tu tienes también ahora una belleza que no imaginas, y que te hace cambiar de aspecto.

La luz se apaga, y en la pantalla sigue el desfile de caballos, los tiros y los puñetazos.

"Escolta, tete: ¿ no tens un duret pa “la Pilona”?. Es que s’acabat el cacau."

Allá va ella a por más cacahuete. Cuando vuelva, yo ya no estaré aquí. Y al buscar la salida del viejo Imperial, un impero de viejas cortinas, decrepitas butacas y piso de cortezas y mearrinas, no puedo evitar el ir pensando en ti.

Pepica: tu pides un duro para cacahuetes, tu vas al mercado y pides de puesto en puesto, y contestas con puñaladas verbales a las “señoras” que te increpan porque las rozas, y sonrojas con tu lengua a las pescadoras viejas. Y sales de allí con una cesta llena de cosas de comer que te han dado. Porque te quieren todas.

Pero lo que no sabéis tú y todas esas “señoras” que te desprecian, es que –yo lo he visto- cuando has salido del mercado, has encontrado a una anciana pidiendo sentada en la acera; y que Pepica “La Pilona”, la loca, la desvergonzada, el tipo popular, ha volcado la cesta en su regazo, al tiempo que decía:

"Tin, agüeleta, ya tens para hui. A Pepica li’n donaran mes ahí dins. Ala, ves a casa y pa hui ya estas arreglá."

Y has vuelto al mercado a seguir exigiendo con palabrotas, a seguir pidiendo con zalamerías, más cosas de comer.

 
Las Provincias

¡Sé tantas cosas de ti, Pepica!. Sé que mendigas, que pides tebeos viejos en las “paraetas”, que los almacenas en tu tugurio, allá donde este, y que cada tanto viajas al imperio del dolor, de la renunciación, al exilio más doloroso que es Fontilles, y allí entregas esos tebeos, esas revistas, esos papeles que te dieron creyendo que las ibas a vender, y que ninguno de los donantes, que tienen mas que tú, -aunque tú tienes cosas de más valor- se le ocurrió mandar por propia iniciativa. Lo sé, porque te he seguido a veces, porque siempre he escuchado lo que me han contado de ti. Y ¿sabes?, te has ganado algo que tal vez no tenga valor pero es sincero. Mi respeto. 
 
Porque vives como quieres, porque no te agarras a la rueda de la sociedad, porque en tu mente, tal vez no normal, pero nunca subnormal, no ha entrado nunca el pensamiento de que eres inferior a otros. 
 
Porque tuviste un hijo, lo único tuyo en tu vida y lo diste sin egoísmo, por amor. Porque diste a la anciana tu cesta. 
 
Porque te diste a ti misma con la misma facilidad con que se realiza cualquier acto común, porque vives al margen de todos. 
 
Por todo eso, Pepica, y por muchas cosas más, donde todos te desprecian, yo admiro, donde otros increpan, yo comprendo, donde otros ríen, yo me afecto al comprender que tú sabes de tu soledad, de tu horrible soledad sin redención, aunque no lo digas y explotes tu mala lengua y tu desgarro».

Vicente Mauri

(1) La madre trabajaba en la fábrica de tabacos. Las mujeres trabajadoras que tenían hijos se los llevaban para poder amamantarlos. Por lo visto, la madre de Pepica lo hacía en un pilón que había en el exterior de la fábrica y comenzaron a llamarle "la Pilona". Puede ser cierto o no, pero es la explicación que conozco.
 
Pepica, “la Pilona”, acabo sus días en la Residencia de Nuestra Señora del Carmen, junto a la playa donde vivió. Sus restos fueron enterrados en el cementerio del Cabañal, en un nicho de la parte nueva. Transcurridos cinco años, los depositaron en una fosa común. Nadie pagó la renovación.

http://entrevientoynubes.jimdo.com/
 
Más sobre Pepica:
 
https://letaqui.wordpress.com/2016/10/24/pepica-la-pilona/ 

https://descriu.org/cabanyal-veritable-pepica-la-pilona/

https://eldivandegurb.wordpress.com/2014/08/29/pepica-la-pilona/

https://cabanyaldiferencial.wordpress.com/2017/03/15/pepica-la-pilona/

http://cantestoretavelletamaritim.blogspot.com/2018/12/pepica-la-pilona.html
 

domingo, 3 de marzo de 2019

El Doctor Lorenzo de la Flor

El Doctor Lorenzo de la Flor

«Nació en el Cabañal el 16 de Abril de 1897, Jueves Santo, siendo bautizado el Sábado Santo en la Iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles, en brazos de los Sayones.
 
 
Antiguo Mercado del Cabañal en la plaza que lleva su nombre

Se examinó de la reválida en Mayo de 1915 junto con Vicente Ballester Fandos, "el mestre Visantico".
 
 
Horno de la Estrella
 
 https://valenciadesaparecida.blogspot.com/
 
Como alumno de medicina fue ayudante del Doctor Vicente Mira hasta que montó su propia clínica en la el número 148 de la calle Escalante.

Su especialidad fue la ginecología aunque atendía a cualquiera que lo necesitase las 24 horas del día durante los 365 días del año. Le llamaban "el médico de la almohada" porque si algún paciente no podía pagarle le dejaba algunas pesetas debajo de ésta. Durante sus 40 años de actividad como comadrón, atendió a tres generaciones de mujeres.

Los vecinos acudían a él hasta para intervenir en disputas familiares.

Falleció el 3 de Enero de 1959, siendo enterrado en el Cementerio del Cabañal.

Tiene una plaza dedicada a su memoria».

Historia del Cabañal
 
Antonio Sanchis Pallarés 
 
Cómo era la plaza...
 
«En un cantó, estava el forn l'estrela, en l'altre Carmen i Joaquín l'Olivera, que després van estar al mercat del Cabanyal aon ta mare te comprava la manteca de colors, en l'atra una sistelleria...."
 

 
Abans de comprar en el mercat d'El Cabanyal, compràvem allí li diem el mercat nou, i els dijous com ara hi havia mercatet amb roba , el peix en la plaça de la Creu. Tan recordes dels de la fàbrica de gel que anaven al col·legi amb tu i ell era amic del teu germà? Ells portaven el gel».

Texto y fotografías cortesía de Bego Rocher
 
«En la plaza ajardinada del Doctor Lorenzo de la Flor, antes llamada de Abu Alvelid, espacio sensiblemente cuadrado, hay dos monumentos conmemorativos situados en los extremos de una posible diagonal: a un extremo, el próximo a la calle de Escalante y en mármol blanco, está el dedicado al pintor José Benlliure Gil (1855-1937) hijo de este poblado marítimo, obra con la firma "Reproducido por F. Ramón, 1952"; en arte que denota la factura de su hermano Mariano Benlliure. En el pedestal, debajo del escudo de la ciudad de Valencia, la inscripción "Valencia al pintor José Benlliure Gil, hijo ilustre del Distrito Maritimo, 1962". 
 
 
Juan Manuel Vila Real

Al otro extremo de la diagonal y paradójicamente más alejado de la calle Escalante, está el monumento, busto también en mármol blanco, al sainetero, hijo asimismo del poblado, Eduardo Escalante, siendo el citado busto obra del escultor Francisco Marco Díaz-Pintado, sustituyendo al fundido en bronce, obra de Mariano Benlliure, que figuraba desde 1899, en el jardín de la Glorieta hasta mayo de 1945 en que fue robado, y sustituido en 1 de diciembre de 1946 por la obra de Marco. 

Subida por Carlos Tárrega Momblanch a VAHG

De Benlliure, eran también, y permanecen, el pedestal preparado en su día por el lapidario Larosa para la obra de don Mariano, los ornatos en bronce y cuatro escenas teatrales del autor correspondiente a sainetes cuyos títulos se inscriben en como cintas pendientes de las dos carátulas cómicas de cada uno de los cuatro ángulos, alternativamente de hombre y mujer, riendo, que encabezan o coronan estípites, es decir pilastras más anchas arriba que abajo, todo, en el estilo "pictórico" de Mariano Benlliure siendo casi esgrafiados o picto-esculturas. Así la placa de delante corresponde al sainete "La charla" y lleva esta frase "Si a mi me feren ministre..."; la de la derecha es de "Matasiete espantaocho" y dice "Soltam qu'et mate". 

 Juan Manuel Vila Real

La del otro lado es de "La escaleta del dimoni" y en ella se lee "Una gotera que tinc..." y la detrás es de "Deu, déneu y noranta" y tiene la frase "Cuidas a ta mare o...?" Todo, como se dijo, con las escenitas representadas. En el pedestal, la inscripción "Al popular sainetero Eduardo Escalante dedica Valencia esta memoria 1899"».

http://www.valencia.es/

 

La pesca "amb rall"

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