El Dique-Oruga en la playa de El Cabañal
«En la playa de Levante (sic) de la ciudad de Valencia, conocida también con el nombre de playa de la Malvarrosa (sic), en donde se hallan enclavados varios pequeños Astilleros que trabajan con gran actividad en la construcción y reparación de buques de madera, existe un artefacto para varar embarcaciones que probablemente será desconocido para muchos de nuestros lectores y cuya descripción creemos muy interesante.
El artefacto, bautizado por sus inventores con el nombre de Dique-Oruga, y cuya sección reproducimos en el croquis número 1, consta de dos cuerpos laterales y una plataforma central. Los laterales están provistos de un sistema de transporte tipo oruga y están accionados independientemente por sendos motores de gasolina -de unos 30 HP. de potencia, instalados en una caseta en su parte alta, La plataforma central, formada por vigas de doble T con tirantes y manguetas inferiores y riostras de madera, puede subir y bajar a lo largo de unas guías dispuestas en los costados interiores de los cuerpos laterales y queda suspendida de los mismos por medio de cadenas accionadas por los motores antes dichos. Unos puntales giratorios en la parte alta evitan la deformación del conjunto al coger una embarcación.
La maniobra de varar se efectúa en la siguiente forma: El dique-oruga, con la plataforma colgada a unos 50 centímetros del suelo, entra en el mar hasta una profundidad suficiente para que la embarcación pueda penetrar entre sus cuerpos laterales. Centrada y amarrada la embarcación y colocados los puntales superiores, el dique-oruga se dirige hacia la playa, y a medida que va saliendo va levantando la embarcación. Al llegar al punto de la playa donde debe dejarla, se baja la plataforma hasta que descanse en el suelo y se saca la embarcación del dique, trasladándola a los picaderos dispuestos al efecto. Para facilitar este traslado, en el centro de la plataforma están dispuestos unos rodetes sobre los cuales resbalan unas tablas sobre la que descansa la quilla.
Como las dos orugas del artefacto son independientes, maniobra con gran facilidad, describiendo un camino recto o curvo a voluntad.
Las dimensiones del dique-oruga son las siguientes:
Eslora —12,25 metros
Manga de fuera a fuera —12 metros
Manga interior —6,80 metros
Se varan en ella embarcaciones como máximo de E 23 metros. M 6,50 metros.
Sus inventores son los señores Balaguer, industriales que tienen un taller mecánico y de carpintería establecido en la misma playa. Según ellos, este aparato es especialmente ventajoso en las playas muy tendidas, como la de Malvarrosa. Antes de su construcción, las embarcaciones que debían efectuar reparaciones largas y no querían subir al varadero de la J. O. P. de Valencia porque el importe de los gastos de entrada y estadía hubiera sido muy crecido, varaban en la playa por medio de un cabrestante, haciéndolas resbalar sobre travesaños de madera en la forma usual. Esta operación era muy pesada y peligrosa por el largo trayecto que debía recorrer la embarcación a causa de la pequeña pendiente de la playa, y los marineros que intervenían en ella debían entrar en el agua hasta más de medio cuerpo Y tenían que trabajar duramente y la maniobra era frecuente en incidentes.
En cambio, el dique-oruga se maneja desde fuera del agua con facilidad.
El artefacto está funcionando desde hace ocho años y efectúa operaciones con gran frecuencia a precios razonables (unas 500 a 1.000 pesetas por operación de sacar o echar al agua). Según nuestras noticias, la J. O. P. de Castellón de la Plana tiene en estudio instalar en su playa un dique-oruga de este tipo.
El artefacto está dando indudablemente buen resultado y acredita el ingenio y constancia de autores, que han tenido que resolver múltiples problemas mecánicos hasta llegar a la forma actual».
Ingeniería Naval. Agosto de 1942
«Seguidamente, los astilleros, los carpinteros de ribera, donde se construían y calafateaban toda clase de embarcaciones de madera y oliendo fuertemente a brea. Por cierto, por esa época, se construía en ese lugar un enorme dique mecánico, arrastrado por orugas, en un intento de modernizar el sistema de arrastre con bueyes.
Creo que nunca llegó a funcionar, pues tuvo varias averías en las pruebas y al final quedó varado en la arena, a 50 metros mar adentro y a merced del oleaje, visto desde la playa pintado de rojo inglés y castigado por las olas. Era la imagen pura del fracaso».
Vivencias de juventud
Francisco Marcos Hernández
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