La calle Chapa
«Solo queda una casa. Entre almacenes, fincas nuevas, derribos, pavimentos levantados, un adoquinado del año del charlestón. Una casa pequeña, de planta baja y piso, vieja, muy vieja, con el numero 4 en la puerta y la “rajoleta” denominadora de la calle.Calle Chapa
http://losmundosdejaimito.blogspot.com/2016/10/calle-chapa-el-grao-valencia-entre-1930.html
Todo lo demás se lo ha llevado el tiempo, desde aquel 1936 en que cada día, y a veces un par de veces al día, asomaban en el aire los Ju-52, la pava, y dejaban caer sobre el puerto y aledaños las bombas entonces terribles, que hoy casi son juguetes. Pero que mataban las cosas, las aceras, los caballos, los barcos, los hombres...
Efectos del bombardeo del Grao. 1937
Vidal Corella
La calle Chapa era algo muy importante en el Grao. Era precisamente, con su paralela, la del Muelle de Tierras, también desaparecida, donde se encontraba toda la vida portuaria valenciana.
Allí estaban los consignatarios, los navieros, los exportadores; allí estaba la casa que comprara el Barón de Rotschild en Valencia, Dios sabe para que. Una horrible edificación casi esquina a la avenida del Puerto, con cariátides, columnas, “loggia” veneciana en lo alto. La verdad, horrible.
Obras en el puerto, en el centro la "Casa Sirera"
https://www.skyscrapercity.com/threads/remember-val%C3%A8ncia-ii.1694486/page-505#post-90835614
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Allí estaba también la “otra” vida del puerto, los locales que alegraban la vida del desembarcado por mas o menos horas. Había verdaderas instituciones; yo he conocido a Greta Werner (en paz descanse), una danesa menuda, nerviosa, que allá por el treinta y tantos sumaría los cincuenta y que en Valencia había acabado sus singladuras de “profesional” con el montaje de un bar, al que puso su nombre, y que era el centro de atracción general. “Casa la Greta”. Es un nombre que aún recordaran muchos, de mi edad hacia arriba. ¿Qué cual es?. Lo siento no estoy autorizado a decirlo...precisamente por esos muchos.
Calle Chapa (actual calle Escalante), bombardeada por la aviación italiana el 3 de marzo de 1937, a la izquierda el Salón Dorado
Biblioteca Nacional de España
https://valenciadesaparecida.blogspot.com/
Estaba el cine “El Dorado”; un salón totalmente a tono con la calle, muy “in”, en la alocución actual, un autentico teatro-cine, salón de marineros, que aún alcancé a conocer de madera casi su totalidad. Casi como un “saloon” de película del Oeste.
Salón El Dorado
Todocolección
El Dorado practicó hasta el final un sistema que le dio resultados: cine y “fieras”. Bueno, las fieras eran, para los “graueros y cabañaleros”, las “chantenses” “disenses” y “dansenses”, que actuaban después de la película. De la jerarquía artística vale más no hablar. En cuanto a la calificación moral, el sistema clasificador actual de TVE tendría que buscar sitio para poner rombos, ya que tal vez llenara el cuadro del escenario.
Por cierto que allí debuto, a decir de los contemporáneos, una artista que luego había de dar al genero “infimo” español, que ella hizo grande, días de gloria. Se trató de Concha Piquer, de las hermanas Piquer, no sabemos ni en que año, ni siquiera si es verdad, porque yo, a doña Concha no se lo pregunto, la respeto demasiado. Pero es curioso y...”si non e vero, e bon trobato”. ¿No?. Claro que la Piquer era entonces (no se que fechas) una niña, y supongo que no estaría incluida en lo de los rombos.
La vida galante, la vida comercial, el desenvolvimiento de la actividad marinera, estaba concentrada en la calle de Chapa. Corazon del puerto valenciano, latía haciendo circular por toda la ciudad una vida multicolor. Comercios, negocios, exportación, Greta Werner, El Dorado, la casa de Rochil, la naranja, el vino, los marineros, los pescadores, los golfos del puerto, un batiburrillo variopinto y “zuluaguesco”. Pero que conformaba una vida que fué perdiéndose.
Sucursal de la Casa Singer
Paco Máñez
El viejo corazón marinero, machacado por las bombas, arrasado por los hombres, aún latió débilmente un par de años después del 39. Fue el paseo vespertino del Grao y del Cabañal, e intentó renacer. Pero “El Dorado” había volado un 3 de octubre de 1937, al mismo tiempo que media calle, cuando como pájaros de mal agüero pusieron sobre él sus huevos con aletas. Greta, intentó vegetar en los restos de su casa. Los consignatarios buscaron nuevos despachos, y la vida marítima murió en Valencia.
Después entró la piqueta municipal, y hoy, solo queda esa casa solitaria, con su placa de “Calle de Chapa”, que el día menos pensado desaparecerá sin pena ni gloria, y sin que casi nadie se entere de que era lo último que quedaba del autentico barrio portuario de la ciudad».
Vicente Maurí
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